Esta bella talla barroca de Santa Lucía, Virgen y Mártir realizaba su salida procesional en la mañana del pasado domingo 25 a las once y media desde la iglesia de San Román por su exilio de la cercana iglesia de Santa Catalina debido a las obras en el templo que se prolongan en el tiempo por más de una década, para recorrer la collación de San Román y Santa Catalina.
A Santa Lucia, que significa la que lleva luz, se la representa con una bandeja en la que hay dos ojos ya que se cree que se los sacaron por proclamar su fe en Jesús, esta nació y murió en la ciudad italiana de Siracusa, precisamente lleva una pequeña reliquia de la Santa siracusana en el paso y se da a besar en su fiesta del 13 de diciembre.
Por lo antes expuesto a Santa Lucia se la considera como especial abogada de los ciegos y padecimientos oculares. Esta es una de las pocas Hermandades "hagiográficas" o lo que es lo mismo, dedicadas exclusivamente a santos, de las glorias sevillanas, además de ser de las pocas tallas en Sevilla en que su ropaje es tallado.
Los respiraderos del paso los realiza Francisco Ruiz en el año 1938 siendo la peana adquirida al monasterio de Santa Paula, obra del siglo XVIII, completado con candelabros de Juan Pérez Calvo en el año 1961, que junto con la belleza y antigüedad de la talla de la santa componen una de los más importantes conjuntos de gloria de la ciudad y que en la jornada matinal del domingo iba exornado con claveles blancos y rosas rojas. El capataz del mismo fue Juan León Lozano, y su equipo de auxiliares, siendo la Banda de Música “Nuestra Señora del SoL” la encargada de poner las notas musicales.
Joaquín Galán.
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