El barrio del cerro del águila ha
vivido una jornada inolvidable el pasado sábado 24 de septiembre, que quedará
grabada en letras de oro en su historia centenaria. Este enclave geográfico
fundamental de Sevilla ha celebrado con la salida de su dolorosa, Nuestra
Señora de los Dolores, el centenario de la constitución de barrio.
Hay que recordar que la virgen no
salía en su paso de palio hacía más de mil días, demasiado tiempo por lo que
ella supone para este lugar de la ciudad. Y es que el público se aglomeraba
mucho antes de la de su salida procesional, marcada para las siete de la
tarde, poco después de las series se
palpaba en el ambiente el nerviosismo y la emoción como se pudo comprobar con
la llegada de las dos bandas que harían la salida con la Virgen, primero
llegaba la Banda de las Nieves de Olivares irrumpiendo el público con aplausos
y vítores, vítores, era cierto estaba pasando finalmente la gente allí presente
se colmaba de alegría y poco después la Banda del Sol que abría la procesión.
El barrio y su principal calle
parecía un nuevo Martes Santo, los pisos frente a la parroquia engalanados como
siempre, si la hora y la luz eran diferentes pero que más daba, y casi una hora
después salía la Cruz de Guia, de un cortejo en el que no faltaban las
autoridades y representaciones locales, un tramo de mujeres con mantilla, y las
hermandades del Martes Santo y las afines a la hermandad, como la Hiniesta o la
Paz, San Bernardo, la Milagrosa e incluso la del Gran Poder, todos tenemos en
el recuerdo cuando el Señor quiso venir a la parroquia pero no pudo ser debido a
las inclemencias meteorológicas.
Ya solo quedaría que la Virgen
bajase desde su altar para enfilar la calle central del templo y cruzara el
primer dintel a los sones del himno de Andalucía y a continuación la marcha
real, lo demás es historia, petaladas, marcha tras marcha, emociones a flor de
piel y la inmensa alegría de su barrio. Ya nunca estaría sola la Virgen y gran
cantidad de fieles y devotos, gente del barrio y venidas tanto de Sevilla como
fuera de la capital y su provincia la acompañarían todo el camino lo cual
dificultó mucho su andar por momentos provocando el lógico retraso que se
acumularía al final de la jornada.
Jornada intensa y feliz en todo
el barrio en especial por las calles dónde pasaría la Virgen en donde sus
vecinos la aguardaban con muchísima antelación, sacando sillas de casa e
incluso mesas en donde había reunión familiar y vecinal y porque no, tiempo
había para un refrigerio y un tentempié aguando a la comitiva, además se
celebraba la Velá del Cerro y escenas como estas recordaban a otros tiempos
cuando la Reina del Cerro posesionaba en estas mismas fechas.
Otro emotivo momento fue cuando
la Banda del Sol que toca en el Cristo y que abría el cortejo le tocaba a la
Virgen en la revira entre Álvarez Benavides y Párroco Antonio Gómez Villalobos,
momento inolvidable este, retirándose aquí la banda, poco antes después le dio
paso a la Agrupación Musical de Santa María de la Esperanza, que también toca
en la Cruz de Guía el Martes Santo, abriendo el cortejo desde aquí hasta la
parroquia. Ya poco quedaba tras una larga e intensa jornada que se prolongaría
hasta las cuatro de la madrugada, entrando la cofradía dos horas y media más
tarde de lo previsto, pero mereció la pena la espera de un público que la
aguardaba muchas horas antes de su entrada y que guardará un imborrable
recuerdo toda la vida.
Joaquin Galán.
