Aunque es habitual, dadas las fechas, el Corpus de este año en Sevilla ha estado marcado por las altas temperaturas registradas en la capital, además de una notable ausencia de público como parece está siendo la tónica general últimamente.
Y como rezo el dicho, este jueves, uno en los que reluce más el sol, también la ciudad quiso relucir, ya que la festividad del Corpus Christi en Sevilla es una de las grandes fiestas de la ciudad y así lucio esta con numerosos altares montados tanto en el recorrido de la custodia como en los alrededores por donde debía de discurrir. Este año la portada del Corpus esta inspirada en la fachada de la Parroquia de San Gonzalo debido a que se va a coronar a su dolorosa la Virgen de la Salud.
La procesión comenzaba puntual a las ocho y cuarto de la mañana, con los habituales elementos del cortejo, como son los niños carráncanos, los pasos con diferentes santos de la ciudad, los niños seises, las custodias, la llamada custodia chica que porta La Santa Espina. A este paso le acompañan representaciones del Tribunal Eclesiástico, del clero secular, de la Curia Diocesana y de la Universidad de Curas Párrocos, y por supuesto la impresionante obra de plata de Juan de Arfe que es la custodia mayor.
Durante el transcurso de la homilía, D. Juan José Asenjo Pelegrina hacia hincapié en «acentuar la celebración de la Eucaristía no puede ir en detrimento de la adoración, de los actos de fe y de amor dirigidos al Señor, realmente presente en el Sagrario», recalcando la importancia de la adoración y la visita al Santísimo, «de contemplar y acompañar al Señor, la genuflexión o la postración de rodillas como señal de respeto y veneración», porque «la adoración al Santísimo Sacramento es el ambiente espiritual que permite a la comunidad celebrar de verdad la Santa Misa».
Joaquín Galán.
Fotografías: Joaquín Galán:
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