Por ti reinan los reyes, mañana con olor a nardos, y las clásicas reviradas en los casi cuatro puntos cardinales (ya que falta la vuelta que no da en la Plaza del Triunfo) y así tantos y tantos tópicos, pero lo cierto es que no se entiende Sevilla sin su Virgen de los Reyes y la corta pero solemne procesión que realiza cuando despuntan los primeros rayos de sol sobre la vigía sevillana, eternamente contemplando a su gente abajo.
La Patrona de Sevilla y su Archidiócesis, hacia su salida por la Puerta de Palos de la Santa Iglesia Catedral a las ocho de la mañana, minutos antes lo hacía su cortejo ante miles de fieles congregados en los alrededores del mayor templo metropolitano de Híspalis, ya desde temprano se vivía la festividad de la Asunción de la Virgen con las misas de las cinco y media, seis, y seis y media de la mañana.
Era La Banda Municipal de Sevilla, al mando de Francisco Javier Gutiérrez Juan, quien ponía el acompañamiento musical homenajeando al compositor Pedro Morales, interpretando marchas compuestas por el mismo, debido a su reciente fallecimiento. El cortejo como siempre se componía de Los niños carráncanos, a continuación, hermanos de la Asociación de la Virgen de los Reyes portando cirios de cera roja la Hermandad Sacramental del Sagrario, el Consejo de Hermandades, la coral, y los Capellanes Reales, junto al paso.
El manto que se usaba en la salida este año correspondía al de color rosa salmón donado por la Duquesa de Osuna en 1929, tras la Virgen venia la representación del Cabildo y el arzobispo de Sevilla, D. Juan José Asenjo Pelegrina, tras ellos las representaciones civiles, una vez concluía la procesión desfilaba delante dela Virgen el ejército recibido con aplausos concluyendo la procesión a las nueve y media de la mañana.
Joaquín Galán.
Fotografías: Joaquín Galán:
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