Hora y media de una tradición ancestral, fiel a su cita la patrona del archidiócesis de Sevilla estaba en la Puerta de los Palos de la catedral a las ocho de la mañana, ante el muchísimo público que había madrugada para tener una buena ubicación y ver la Virgen en este efímero recorrido matinal. Mucho antes ya se habían celebrado eucaristías ante el paso de la Patrona, a las 5:30 horas, a las 6:00 y a las 6:30 horas.
En esta ocasión la Virgen portaba el manto color blanco con cenefa de castillos y leones, otros cuatro más componen su ajuar, siendo este un regalo de la Reina Isabel II del año 1884, y como siempre el clásico paso de tumbilla iba exornado con exornado con varas de nardos y claves blancos.
El cortejo que salía a las siete y media de la mañana lo abría la Banda Sinfónica Municipal de Sevilla, homenajeando al compositor jerezano Germán Álvarez Beigbeder en el 50 aniversario de su muerte, tras estos los niños carráncanos, la Asociación de Fieles de Nuestra Señora de los Reyes y San Fernando que eran unos 200 participantes y los miembros del Consejo de Cofradías.
Tras la Virgen de los Reyes, estaba la presidencia eclesiástica, encabezada por el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, quien se retiraba de la procesión antes de la finalización al encontrase indispuesto, acompañado del obispo auxiliar, Santiago Gómez Sierra, y el deán del Cabildo, Teodoro León. Ñuego venían las corporaciones municipal y provincial, cerrando el cortejo una compañía del Ejército con escuadra de gastadores acompañado de la banda de música.
Joaquín Galán.
Fotografías: Joaquín Galán:
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