Vía Crucis de la Pía Unión 2.018
La hermandad de Los Negritos iba a trasladar este pasado viernes 2 de febrero a su titular el Cristo de la Fundación para presidir el Vía Crucis de la Pía Unión en la casa de Pilatos, un acto cuaresmal el cual se engloba en la celebración del 625 aniversario fundacional (1393-2018). Estaba previsto que el crucificado que tallase Andrés de Ocampo en 1622 fuese acompañado por un cortejo de hermanos con cirios.
Pero debido a las circunstancias meteorológicas este culto se celebró bajo techo, en la Caballerizas de la Casa de Pilatos, sin el Cristo y con su formato habitual. El alcalde de la corporación, Felipe Guerra, expuso que más que la lluvia era la gran humedad la culpable de la decisión de no trasladar al Señor hasta la Casa de Pilatos, allí en su capilla el delegado diocesano para las Hermandades y Cofradías, Marcelino Manzano, realizó una oración mientras se interpretaron unas partituras por una capilla musical de la Banda de las Nieves de Olivares.
Ya en la Casa de Pilatos la Eucaristía previa al Vía Crucis era presidida por el Arzobispo de Sevilla a las siete de la tarde, tras lo que se realizó el mismo, pero esta vez no se transitaba por la Plaza de Pilatos, sino que se realizaba todo bajo techado. En el Vía Crucis participa la Cruz de las Toallas de la propia Hermandad de Los Negritos, además se porta un Relicario con el Santo Lignum Crucis, también participó Escolanía María Auxiliadora.
Este Vía Crucis se origina en 1.957 por los descendientes del Marqués de Tarifa formando una Pía Unión junto con catorce cofradías sevillanas para restablecer el original Vía Crucis a la Cruz del Campo, retomado la antigua vinculación de esta casa con el mismo y la hermandad de Los Negritos. Fue el primer marqués de Tarifa, Fadrique Enríquez de Ribera, llegado de tierra santa quien instaura este culto en Sevilla inspirado e impresionado por el original que se realizaba en Jerusalén cada primer viernes de marzo.
El mismo comenzaba desde la «capilla de las Flagelaciones» de su palacio y concluia en un pilar de la Huerta de los Ángeles. Un recorrido que simboliza los 997 metros (1321 pasos) que separaban el pretorio de Pilatos del Monte Calvario, a pocas manzanas del humilladero de la Cruz del Campo, siendo marcadas con cruces las doce estaciones iníciales, y que pudieron sobrevivieron hasta el siglo XIX. Por lo que estamos ante la continuación de un culto ancestral y que en su día daba origen a la semana santa de Sevilla.
Joaquin Galán
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